¿Hablas español? ¡Yo, si! Estoy muy orgullosa de que el español sea mi lengua natal. Yo nací y viví en Guatemala por 15 años. Gracias a los esfuerzos de mi mamá pude ir a la escuela y completar mi sexto grado. Como muchos ya saben, completar el sexto grado y adquirir un diploma es un orgullo en nuestros países ya que hay mucha dificultad económica y no todos los niños logran graduarse. No es que no haya deseos de obtener un estudio superior, es que la necesidad económica nos obliga como niños el ayudar a nuestros padres a trabajar para poder ayudar con los gastos. Por lo menos yo tuve que hacerlo. Fue por esto que a la edad de 15 años yo solamente había completado el sexto grado. Sin embargo, seis años de escuela fueron suficientes para ayudarme a leer, escribir y poder relacionarme con compañeros de clase. El fundamento que recibí en mi idioma fue totalmente extraordinario e indispensable para aprender más rápido con el idioma inglés. Lo triste fue que al comenzar la escuela secundaria aquí en los Estados Unidos, no me ofrecieron la oportunidad de poder usar mi idioma español para poder demostrar que era capaz de desarrollarme como estudiante en la escuela. Desde el primer día que inicié la escuela en los Estados Unidos, TODO, absolutamente TODO era en inglés. Quizá eso fue precisamente lo que me empujó para que me aprendiera más rápido que el inglés y que necesitaba comunicarme y presentar mi trabajo escolar. Lo triste es que el sistema de educación no pudo ver mi cultura y mi lengua natal como una ventaja o como recurso. De una manera u otra me vi obligada a poner de lado mi cultura y mi lengua natal. Aprendí que si quería hablar español tenía que hacerlo en mi casa y con mi familia. Por muchos años creí que hablar y mantener ambos idiomas era déficit. Tan grande era mi temor al bilingüismo que no le quise enseñar español a mi hijo mayor. Hoy en día mi manera de pensar, en lo que se refiere a la adquisición del idioma inglés, es totalmente diferente de como me lo hicieron creer cuando era joven. Fue en la universidad que aprendí que un estudiante debe mantener su idioma natal y usarlo para poder adquirir un segundo idioma. Nuestro cerebro tiene la habilidad de aprender dos o más idiomas a la vez. De manera que nadie, ya sea pequeño, joven, o adulto tiene que olvidar o ignora su lengua natal por el simple hecho de tener que aprender otro idioma. ¡Fue como un momento de ajá! Un momento en el cual llegué a realizar en el valor de saber dos o más idiomas. Sin embargo, seis años de escuela fueron suficientes para yo poder aprender a leer, escribir, y poder relacionarme con compañeros de clase. El fundamento que recibí en mi idioma fue totalmente extraordinario e indispensable para yo poder aprender con más rapidez el idioma inglés. Lo triste fue que, al comenzar la escuela secundaria aquí en los Estados Unidos, no me ofrecieron la oportunidad de yo poder utilizar mi maravilloso idioma español para poder demostrar que era capaz de desarrollarme como estudiante en la escuela. Desde el primer día que inicié la escuela en los Estados Unidos, TODO, absolutamente TODO era en inglés. Quizá eso fue precisamente lo que me empujo a tener que aprender más rápido el inglés ya que necesitaba comunicarme y presentar mi trabajo escolar. Lo triste es que el sistema de educación no pudo ver mi cultura y mi lengua natal como una ventaja o como recurso. De una manera u otra me vi obligada a poner de por lado mi cultura y mi lengua natal. Aprendí a que si yo quería hablar español tenía que hacerlo únicamente en mi casa y con mi familia. Por muchos años creí que hablar o mantener ambos idiomas era déficit. Tan grande era mi temor del bilingüismo que no le quise enseñar español a mi hijo mayor. Hoy en día mi manera de pensar, en lo que se refiere a la adquisición del idioma inglés, es totalmente diferente de cómo me lo hicieron creer cuando era joven. Fue en la universidad que aprendí a que un estudiante debe mantener su idioma natal y utilizarlo para poder adquirir un segundo idioma. Nuestro cerebro tiene la habilidad de aprender dos o más idiomas a la vez. De manera que nadie, ya sea un pequeño o un adulto, tendría que olvidarse o ignorar su lengua natal por el simple hecho de tener que aprender otro idioma. ¡Fue como un momento de ajá! Un momento en el cual llegue a realizar en el valor de saber dos o más idiomas. La realización en la ventaja que existe en aprender inglés y simultáneamente utilizar la lengua natal es lo que hoy en día guía la manera en que les enseño ingles a mis estudiantes y a mis propios hijos. Hoy en día hay muchos estudios e investigaciones escolares apoyan el bilingüismo y multilingüismo. Para un poco más de información, lea el articulo haciendo clic en esta imagen. Estoy segura que han escuchado el dicho, ¡"Ser bilingüe es un súper-poder"! Yo lo creo y sin lugar a duda. ¿Sabes por qué? Porque el saber y mantener nuestro idioma natal es parte de nuestra identidad. ¡Sí, yo sé que los niños (o adultos) tienen que aprender inglés ya que estamos en los Estados Unidos, sin embargo, no hay necesidad en abandonar u olvidar nuestra primera lengua...nuestra lengua natal! ¡Enseñémosle a nuestros hijos a valorar el español! Que lo aprendan a leer, a escribir, a que puedan tener una conversación con fluidez. No hay que temerle a que no van a aprender el inglés. Al contrario, el dominar el idioma natal con precisión, ayudará a adquirir con mucha más rapidez el inglés o cualquier otro idioma. Recursos para leer y aprender el español:
Gracias por leer!
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